Por tercer año consecutivo, volvimos a celebrar el Fin de semana del Enoturismo, recorriendo las bodegas de Carmelo y Colonia el pasado 11 y 12 de Noviembre.
Es una zona que nos encanta visitar, por la variedad de experiencias y bodegas que ofrece, lo que nos permite que cada año, el plan sea completamente distinto al anterior.
Diseñamos un itinerario para que pudiésemos conocer varias bodegas bien diferentes entre sí, además de maravillarnos con los encantos de Carmelo, el Río, sus vistas y gastronomía.
Las bodegas que visitamos fueron:
Ubicada en Paraje El Quintón, Colonia, es una bodega y planta de aceites de oliva perteneciente a Marcelo Álvarez y Virginia Chivetti, una pareja de argentinos que se enamoraron de esa zona de nuestro país y decidieron comenzar allí este emprendimiento partiendo de cero.
Producen aceites de oliva en su propia Almazara y vinos en su propia bodega con el enólogo Rolando Lazzarotti como responsable, siendo además la única bodega del Uruguay especializada en la producción de Malbec.
Al llegar fuimos recibidos por Marcelo & Virginia y Facundo, encargado de hospitalidad del establecimiento.
Junto a él recorrimos la planta de aceites y la bodega. Luego, en la misma bodega hicimos una degustación de sus aceites de oliva y 3 de sus vinos, acompañados de una espectacular picada con delicias de la zona y las propias aceitunas de sus olivos.
Luego nos esperaban en la barbacoa con una parrillada espectacular que disfrutamos junto a sus vinos y obviamente, la mejor compañía.
Sin dudas fue un comienzo inmejorable para el fin de semana.
La elegimos para visitarla en la noche, lo cual fue la mejor decisión, ya que si bien es hermosa de día, recorrer Narbona de noche fue una experiencia única.
Fuimos recibidos por Cecilia Maquieira, la sommelier de la bodega, que además de ser una excelente profesional, es un encanto de persona.
Junto a ella recorrimos las históricas instalaciones, la bodega, la cava subterránea y caminamos por sus increíbles alrededores, que cada rinconcito nos transportaba a la Toscana Italiana.
Y como si no bastara con todo eso, la noche cálida y estrellada nos regaló un motivo más para disfrutar de este lugar mágico.
Para la cena, nos esperaban con una mesa increíble en su restaurante, en la que disfrutamos de un exquisito menú de pasos, maridados con una gran selección de sus vinos.
Allí todos nuestros sentidos se activaron para poder vivir una experiencia sensorial única.
Fue un cierre espectacular para nuestro primer día.
Una bodega que amamos visitar porque cada vez que estamos allí, sentimos que estamos en familia.
La familia Zubizarreta se estableció en las tierras cercanas a Carmelo, conocidas como la antigua Calera de las Huérfanas, hace más de sesenta años.
Son la tercera generación, el sueño de un inmigrante vasco que a principios del siglo XX llegó a este lugar sin nada que perder y con muchas ganas de salir adelante.
A lo largo de tres generaciones, han perfeccionado su arte de producir vinos, ofreciendo una gama de vinos jóvenes y afrutados que destacan las cualidades únicas de cada cepa, incorporando nuevas tecnologías para obtener vinos de alta gama de excelente calidad.
Fuimos recibidos por Mariela Zubizarreta (tercera generación) y su hija Isabella (cuarta generación y sommelier de la bodega).
Junto a ellas conocimos la historia de la familia y disfrutamos de una gran selección de sus vinos de alta gama:
Tannat 2020, Marselan 2020, Blend Tannat-Marselan 2021. Colección Familiar Arinarnoa 2022 y Albariño 2023, todo acompañado de delicias de la zona y exquisitos bocaditos preparados por Isabella, que además de sommelier, es nutricionista.
Como ya lo hemos dicho, se siente muy bien visitar Zubizarreta, un lugar encantador, entrañable, con una hermosa energía y además, con vinos exquisitos, siempre acompañados de cosas ricas.
Adrián Conde, su propietario, que es escribano de profesión, comenzó con este emprendimiento impulsado por la pasión por el vino y la gastronomía, cuando hace poco más de 4 años atrás, inauguró el restaurante El Quincho, y plantó algunas hectáreas de viñedo con el fin de producir sus propios vinos para consumo del restaurante.
Durante los primeros años, produjo los vinos provenientes de sus viñedos en la Bodega Fripp, también coloniense.
Pero hace menos de un año, el sueño de tener su propia bodega se materializó. Según las propias palabras de Adrián, “gracias a un toque de suerte del destino” y junto a ese sueño, se dio un natural cambio de nombre y este proyecto pasó a ser “Bodega Pueblo Tannat”, inspirado en el amor por su tierra y nuestra cepa insignia.
Fuimos recibidos por Adrían y el sommelier Juan Sabot, encargado de hospitalidad.
Junto a ellos recorrimos la bodega y disfrutamos de una degustación de sus mejores vinos, acompañados de una picada con delicias locales.
Luego almorzamos en el restaurante de la bodega, con la calidad y variedad de platos que ya conocíamos y que siguen siendo extraordinarios.
Nos encantó visitarlos, ser testigos de tan merecido crecimiento y cerrar allí un fin de semana soñado.
Además, como ya es un “must”, navegamos durante una hora por el norte del Río de la Plata, pasando entre las islas del litoral en un escenario único donde pudimos contemplar un atardecer que no pudo ser mas perfecto.
A bordo disfrutamos de riquísimos snacks, acompañados de cervezas artesanales, refrescos y vinos de Bodega Narbona. Un clásico de nuestro fin de semana en Carmelo, que sea cual sea el itinerario, esta es siempre una de las actividades favoritas.
Muchas gracias a todos los amigos que nos acompañaron e hicieron posible otro Fin de semana del Enoturismo en Carmelo.
Hasta la próxima edición 2024!!
Salud!
Fotos: Tavis Davidson
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