Tuvimos el placer de vivir una noche muy especial: una cena íntima en Bodega Los Nadies, mano a mano con Manuel Filgueira y su familia.
La Bodega Los Nadies es la cuarta generación de una familia de raíces gallegas que desde 1923 produce vino en Uruguay. Sus vinos son todos de alta gama y larga guarda. Se producen utilizando técnicas francesas ancestrales, logrando vinos sofisticados con procedimientos simples.
La viña está establecida en el empalme de Cuchilla Verde, Canelones, plantada en lomas de suelos arcillosos y calcáreos del Sur Uruguayo, pero su bodega está en Montevideo, en el barrio Prado, donde es la casa de la familia.
La velada comenzó todavía con luz del día el jardín, mientras los invitados se reunían en la entrada de la casa. Manuel recibió a cada uno con su habitual entusiasmo. Junto a él recorrimos la bodega y apreciamos los dibujos pintados en las paredes de la misma, mientras ya empezaba contarnos las primeras historias.
Desde el primer momento ya se podía sentir el ambiente acogedor y familiar que reinaba en el lugar. La mesa estaba preparada con mimo y detalle, como cuando las cosas se hacen con amor.
La cena comenzó con un delicioso gazpacho, acompañada de crujientes de panceta y queso. A medida que los invitados disfrutaban de la sopa, las conversaciones comenzaron a fluir.
Manuel compartió con todos los asistentes su historia, vivencias, desafíos y anécdotas entrañables. El ambiente se volvía cada vez más relajado, como si todos hubieran estado juntos durante años.
Luego una exquisita fondue y muchas otras delicias nos esperaban para seguir disfrutando junto con sus vinos únicos. Finalmente, el postre llegó a la mesa: un típico y exquisito arroz con leche acompañado de destilado.
Nuestros anfitriones lograron crear un clima verdaderamente especial, una noche llena de recuerdos compartidos en un ambiente de intimidad y cercanía que hizo que todos se sintieran como en su propia casa.
Muchas gracias Manuel Filgueira y familia por abrirnos las puertas de su casa con tanta hospitalidad y cariño. Y por supuesto, gracias y más gracias a los amigos que nos acompañaron y confiaron en esta propuesta.
La noche fue una experiencia difícil de trasmitir con palabras. Todos los que asistimos la recordaremos por mucho tiempo.
Fotos: Tavis Davidson
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