El sábado 16 de noviembre visitamos Bracco Bosca con nuestro grupo por segunda vez. La primera había sido en el invierno del año pasado, donde pudimos sorprendernos con esta bodega que no para de crecer y nos quedamos con ganas de más.
En esta oportunidad, el clima nos permitió disfrutar de otra manera, y aunque algún chubasco pasó por allí, no cambió para nada nuestros planes ni opacó la jornada.
Fabiana Bracco Bosca, dueña de la bodega, ya es miembro de la 5ta generación de la familia que emigró desde Piamonte, Italia, para afianzarse en estas tierras. Todo lo que podamos decir sobe Fabiana no alcanza para trasmitir la energía y pasión con la que lleva adelante este emprendimiento. Con un magnetismo único, logra encantar a todos quienes escuchamos sus historias y anécdotas que forman parte del legado familiar de la bodega.
Luego de recorrer la viña, que a esta altura del año siempre es hermoso ver los brotes ya formándose, nos instalamos en varias mesas debajo de los árboles para comenzar con nuestra degustación y almuerzo en un estilo bien distendido. Disfrutamos de unas empanadas riquísimas para empezar, preparadas especialmente por un vecino de la zona, luego un asado en su perfecto punto y para terminar, panqueques de dulce de leche “fatto in casa” acompañados con los vinos que Fabiana eligió para nosotros… el cierre fue con el licor de Tannat Orgásmico 2018.
Una jornada para el recuerdo donde la sencillez, la buena energía, linda gente y vinos de primera se conjugaron para que ya estemos pensando en cuándo será la próxima visita.
Salud amigos!
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