Esta época del año es vital para quienes producen uvas con potencial de vinos de alta calidad, porque es cuando una vez podado en el viñedo, se realiza el desbrote de los racimos, donde sólo los mejores son seleccionados para crecer y dar lugar a las uvas que madurarán y formarán parte de la vendimia 2020.
El pasado sábado pudimos disfrutar de un día primaveral en Bodega Marichal, donde además de aprender sobre el desbrote en el viñedo, realizamos un tour por la bodega, por la cava antigua y nos deleitamos con un almuerzo campestre en la casa original de la familia, acompañado de sus excelentes vinos.
Al llegar fuimos recibidos por Lorena Curbelo y Facundo Fontes, sommeliers de la bodega, y Lidia Santos (madre de Alejandro y Juan Andrés Marichal), quieres estuvieron con nosotros toda la jornada, cuidando de cada detalle.
Recorrimos la viña de la mano de Alejandro, tercera generación de la familia, quien nos explicó con toda dedicación el cuidadoso trabajo que se realiza luego de la poda para seleccionar los mejores brotes. Su padre Carlos, escuchaba de lejos las explicaciones y se deleitaba charlando con nosotros mientras nos preguntábamos si llegaríamos a tiempo para comer el asado todavía jugoso que nos estaban preparando.
Luego conocimos la cava antigua, lo que fuera en la bodega original la cocina donde la abuela le cocinaba a todo el personal que venía a trabajar en la época de la vendimia. Hoy aun se mantienen algunos artefactos de la cocina y allí se guardan las cosechas mas antiguas y preciadas de la bodega.
Finalmente pasamos al salón comedor ubicado en la casa original de la familia. Disfrutamos una exquisita picada que antecedió el asado que llegó el su punto exacto, y coronamos la comida con un exquisito postre para los amantes del chocolate.
Acompañamos el almuerzo con 5 exquisitos vinos, entre ellos el recientemente lanzado “Periplo”, el cual es un homenaje a Ezquiel Marichal, segunda generación de la familia. Junto con su madre y hermanos construyeron la bodega en 1938. Era un aventurero nato. En la etiqueta podemos ver su cara real y la recreación de su viaje a Río de Janeiro en moto, cuando aun no existían carreteras. Por atravesar caminos tan inhóspitos, las vibraciones de la moto le generaron desgarros en sus brazos. Todo eso está recreado en la etiqueta. Una obra de arte, así como el vino.
Fue un día perfecto. Muchas gracias Bodega Marichal por hacer nuestra estadía inolvidable y a todos los amigos que nos acompañaron en otra aventura. Salud!
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