Lo que vivimos el pasado sábado en Sacromonte Craft Wines fue una experiencia difícil de trasmitir con palabras.
Salimos temprano en la mañana con muchas ganas de llegar, ya que este viaje se había hecho desear.
Mayo nos regaló un día que jamás imaginamos. Sol a pleno, sin viento, temperatura
primaveral, algo impensado para esta época de año.
El lugar ya nos maravilló desde sus caminos entre las sierras que atravesamos para llegar con un paisaje deslumbrante.
Sacromonte es una invitación a contemplar, a dejarse abrazar por la naturaleza y a conocer el monte indígena uruguayo en su estado más puro.
Localizado en el Norte del Departamento de Maldonado (a una hora de Punta del Este), inmerso en la Sierra de Carapé, Sacromonte es vino, viñedos, paisaje, arquitectura y sustentabilidad, engranado todo en perfecta sincronía.
Fuimos recibidos por Edmond Borit, propietario y responsable de este increíble lugar. De familia francesa pero nacido y criado en Ica, Perú, Edmond heredó de su abuelo la pasión por el vino. Él llegó con su familia a Uruguay en 2014, dejando su trabajo y decidido a pasar más tiempo con su numerosa familia y cumplir el sueño de continuar con la tradición familiar que comenzó en Francia hace más de un siglo.
Junto a él y Ryan Hamilton, nuestros anfitriones, recorrimos el viñedo, su huerta orgánica, mirador panorámico y capilla.
Posteriormente almorzamos con vista al monte indígena, un cuadro que costaba creer que estábamos siendo parte.
Nos deleitamos con la especialidad de la casa: cordero y carnes a la parrilla, que maridamos con sus exquisitos vinos, cerrando con un rico postre y café.
Finalizamos la jornada con una caminata por la cañada con la alegría de haber podido disfrutar de un día inolvidable.
Gracias infinitas a todos los que nos acompañaron y confiaron en nosotros.
A nuestro anfitrión Edmond y todo el staff de Sacromonte por cuidar cada detalle de nuestra visita y a Tavis Davidson por su compromiso, dedicación y las increíbles fotos que ya nos tiene acostumbrados.
Felicidad total!